Llevo tiempo pensando en
ti, ¿dónde estarás?. Hace dos noches que me acuesto con la sensación de que
estás ahí, solo, esperándome en alguna parte.
No te confundas, no me
siento triste ni melancólica, más bien esperanzada, sabiendo que en algún sitio
alguien piensa en mí.
Sí ya lo sé, tengo
amigos, gente que me quiere y que me aprecia y a la que quiero y aprecio por
encima de todo, pero desearía que pudieses llegar, que estuvieras aquí, que me
abrazaras y sentir el calor de tu cuerpo sobre mí.
Sí, lo sé, tú también
piensas en mí y sientes que estoy cerca que casi me puedes tocar y así es; estamos cerca uno del otro aunque todavía separados por una simple cuestión de
tiempo y espacio que pronto no existirá.
Me conoces y te conozco
tan bien porque hemos conversado miles de veces, de muchos temas distintos,
sabes que puedes hablar conmigo y yo sé que puedo hablar contigo de cualquier
cosa.
A pesar de estar
separados me tienes para ti siempre, porque las distancias se alejan cuando dos
personas se aman y se complementan tan bien como tú y yo.
Espero tu llegada, a
veces porque no decirlo con desasosiego, otras en cambio con paciencia y
seguridad, con el convencimiento de que muy pronto estarás conmigo y podremos
hacer juntos todo lo que planeamos.
Es por eso que espero,
vivo y respiro.
Es por eso que sé que
cuando te conozca, será perfecto.