En el alma no hay
diferencias de ningún tipo en esencia todos somos iguales.
Las diferencias son algo
inventado por nosotros los humanos, que nos empeñamos en mirarnos en la
diferencia olvidando que todos estamos aquí aprendiendo y todos tenemos un
ritmo de aprendizaje diferente, pero no por ello ni peor ni mejor sino diferente.
Tal vez nos empeñamos
demasiadas veces en ir por el camino equivocado dejando otros caminos de lado
simplemente porque no tenemos una visión amplia.
Ser honestos con nosotros
mismos y con los demás nos ayuda a dialogar y a empatizar hasta que las
diferencias se desvanecen.
Ser honestos significa
expresar claramente nuestros sentimientos sin necesidad de crear conflictos e
intentar llegar a un punto en común, base para la convivencia.
Y no lo somos por miedo,
miedo a ser vistos, expuestos y tal vez rechazados por aquellos que creemos
indispensables en nuestra vida, sin entender que nadie es indispensable para
nadie y que la vida es un viaje en el que de vez en cuando aparecen o
desaparecen personas sin ningún otro motivo que el trayecto mismo.
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