Tengo la cabeza llena de palabras, palabras lindas, llenas de aliento, de juventud, de vida vivida y no vivida, de razón y sin ella, en verso y en prosa, más ¿a quien se las digo? ¿Quién quiere oírlas? Tal vez el viento, sí, él hará buen uso de ellas y a lo mejor las esparce y las siembra y crecen árboles y luego de ellos nacen frutos que alguien comerá cuando tenga hambre.
Me pareció que alguien dijo algo… a lo mejor lo imaginé, puede ser, todo es posible en esta vida sin razón y con un argumento poco consistente. La vida, que está hecha de momentos, algunos cálidos dónde quisiera quedarme para siempre y no salir nunca; otros tan fríos como el hielo que al tragarlo, te rompen la garganta en dos, pero lo tragas y recompones la garganta, ¿qué,… por qué? Porque no te queda otra, porque tienes que hacerlo o intentarlo al menos. Por que hay que seguir, y sigues, aunque no tengas camino, destino ni meta, ¿acaso importa? No, lo haces y punto.
Creo que un día escribí que vivir es cómo morir un poco, (bueno, pues si no lo escribí tal vez lo leí o lo pensé… lo escribo ahora) amar un poco, llorar un poco, reír un poco y nacer muchas veces. Yo, que he nacido muchas veces, me he deshecho y he vuelto a hacerme, ¿qué por qué? Muchos motivos hay, por que no me gustaba, por que no era yo, por que pensé que era lo que querían que fuera…. Hay muchos más motivos, pero no los pongo todos por que me canso. Sí, vivir es muchas cosas y todas ellas válidas, todas, sin excepción, pues no vivimos como deseamos, sino cómo podemos, si coincide las dos cosas estupendo, si no, también, el caso es que … ¿cuál era el caso?... espera… sí ya el caso es que vivimos lo que vivamos disfrutemos y aprendamos o no.
Ya, ya sé es un texto sin pies ni cabeza, pero qué más da, son palabras, una detrás de otra, seguiditas y pegadas.
Conoces gente, algunas te tocan, y te llenan sin saberlo si quiera, pero no lo dices, que bonito sería ¿no? Decir tú me llenaste, no rebosaste, por que no hay límite, pero sí, me llenaste ¿de qué? Preguntaría el otro; eso es complicado ¿de qué puede llenarte una conversación, aparentemente vacía?, no vacía no caray, si te llena no esta vacía, entonces ¿de qué está llena? De sensaciones, de emociones, de sentimiento, de risa, de amor escondido, de amistad encima de la mesa, de manos frías y corazón caliente (de esto último me lleno yo a veces en este maravilloso cuarto) de todo eso y de mucho más.
Está sobre valorada esa palabra, Amistad me refiero y quizá Amor también, pero me centraré en la primera, Amistad: una, dos, tres cuatro cinco, seis… no, sólo estaba contando las letras que tiene. ¿Qué esperamos de ella? Quizá demasiado, esperamos que nos entiendan sin hablar, compartir momentos, que estén siempre y que no cambien. Está de moda tener amigos, sí, que sí…, a ver: ¿quién de los presentes no se ha inscrito a una red social?, o a varias… ¿quién? Nadie y ¿qué apartado nunca falta en las redes sociales? Exacto, el apartado de amigos, te pueden dejar colgar textos, o vídeos o fotos o tal vez texto no y vídeos tampoco pero tu lista de amigos nunca falta, en ninguna. Es curioso, si tenemos tantos amigos ¿por qué existen las redes? Pues para encontrar más – dijo uno, allá en el fondo- Que quede claro que esto no va en contra de las redes sociales, por supuesto, pues si fuera eso no estaría dónde estoy, solo estoy reflexionando, sólo eso. Dónde estaba, para encontrar más…. Sí, siempre más, lo que no sé es si se tiene en cuenta la calidad…. Habrá de todo, como en botica. Y es que necesitamos tener más cosas y no sé si será culpa de la crisis (últimamente de todo tiene la culpa, pobre) cómo no podemos consumir mucho, pues consumimos Amigos. No es malo, aunque lo parezca, consumir Amigos, beber de ellos, nutrirse de sus mentes, aprender de su sabiduría y… por supuesto aportarles cosas nuevas, buenas y no tan buenas.
Hoy me levanté llena de palabras, (sí ya lo dije, lo sé), aquí dejo unas pocas el que quiera que coja algunas, las demás al viento (sí eso también lo dije, me repito, lo sé).