La vida me visita cada día
y al abrazarla comprendo,
quien lo diría
que todavía tengo
ese momento.
Todavía poseo
el momento
en el que mis labios
no llegan a mis palabras,
y son mis manos las que hablan,
y es mi boca la que calla.
La vida me visita
a veces, de vez en cuando,
y me cuenta cosas,
y me sorprende,
y me asusta.
La vida me visita
y cuando lo hace,
le da por decirme cosas
que siempre hace,
me da alegrías que no comprendo
y me da sufrimientos que yo no entiendo.
La vida es
a veces dulce
a veces amarga,
pero sigue siendo vida
y yo que no sé lo que es
a veces le pregunto a voces
porque no hablas
porque no me dices lo que quieres.
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