sábado, 23 de octubre de 2010

La música

Cuando entramos en la habitación una voz nos dijo que nos pusiéramos cómodos y que nos relajáramos. Yo oía a mi corazón latir dentro de mí; muy fuerte.

Entonces fue cuando empecé a oír una música muy agradable. La música me trasladó a otro lugar; un lugar sin forma ni color, pero tranquilo.

Los latidos de mi corazón eran más fuertes que la música, parecía como si estuvieran luchando entre sí para demostrar cual de los dos era más fuerte; cual de los dos sentía más.

La música provocó que todo mi cuerpo temblará y empecé a sentir “angustia” que causó mal-estar; y este mal-estar llegó a convertirse en “desesperación”; mi respiración se cortó y sentí como si la música se volviera “agria”.

En ese momento yo no estaba allí, pero tampoco estaba  en otro sitio, solo escuchaba.

Después de un tiempo La Música se pareció al Silencio. Era como si no hubiera nadie que pudiera pararla, porque al igual que el Silencio; nadie puede controlar la Música.

Después, se oyó otra música que ya me ere conocida y que hizo que la “angustia” desapareciera y se convirtiera en “bienestar”

Era como si todo mi cuerpo quisiera irse con la música, con aquella voz tan perfecta.

La música era “Celestial” y representaba la belleza; o por lo menos así lo interpreté yo e hizo que me sintiera bien.

Fue como si estuviera en otro lugar, como si la voz me trasladara a un lugar donde reinaba la paz y la armonía.

Creo que la música es Música cuando la sientes; si no la sientes es….  Otra cosa.


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